"Buenas noches, señores", logré decir en medio de mi asombro. Eché un vistazo al porro aún no encendido.
- Permítame presentarle a mi amigo Brand. Yo me llamo Smart y le tengo a usted en gran estima-. Dijo el más grande y algo obeso.
- Y yo,en gran estima, señor-dijo el otro, que estaba delgado y parecía más viejo.
- Vaya, ejem, muy amables- dije. Yo estaba sentado en un banco del parquecito que hay frente al Pirulí. Unos ratones grises sentados frente a mí, a unos 20 centímetros de mis piés, me estaban saludando educadamente. Me incliné hacia ellos y pude ver que hablaban usando una especie de megáfono como los de las manifestaciones.
El obeso, Smart, levantó el megáfono:- Quisiéramos charlar un rato con usted, pues parece simpático-. A continuación acercó el megáfono a Brand y éste dijo:- Le ruego no fume que tengo asma.
Entonces iniciamos una animada charla sobre el tiempo, excesivamente caluroso, como llegó a afirmar Smart gritando vehementemente tras su megáfono. Yo me había hecho ya a la idea de que estaba hablando del tiempo con dos ratones grises en el parque del final de la calle del Alcalde Sáinz de Baranda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario